Si el dinero lo usarás para saldar esas deudas pues vale el esfuerzo, pero si solo aumentarás tus pasivos nuestra recomendación es que lo pienses dos veces.

Tomar un nuevo tipo de crédito no solo dependerá de la necesidad de cumplir con el objetivo que se plantee (comprar una vivienda o vehículo, montar o ampliar un negocio, realizar estudios superiores, etc.) sino también de los compromisos financieros que se han asumido con anterioridad, la permanencia de los recursos y la forma en que se enfrentará.

Por Liliany Martínez / Comunicaciones ABA
Los préstamos resultan un instrumento de gran valor gracias a la posibilidad que brindan de satisfacer las necesidades de consumo e inversión, tanto para las personas como las empresas. No obstante, la decisión de recurrir a estos no debe ser tomada a la ligera, sino más bien considerando aspectos con los que se evite caer en una situación de dificultad financiera, o en caso extremos, de insolvencia.

Entonces, ¿Cuál es el momento prudente de tomar un préstamo?

Entre los factores para saber si se está en condiciones ideales para solicitar cualquier tipo de préstamo (personal, hipotecario, comercial, de vehículo, etc.) está analizar el nivel en que se encuentran comprometidos los ingresos, también llamado índice de endeudamiento.

Una de las fórmulas utilizadas para calcular este índice consiste en dividir el total de las deudas entre los ingresos fijos que se reciben (exceptuando los variables) y luego multiplicar por cien el resultado. Por ejemplo, si las deudas mensuales ascienden a los RD$13,000 y los ingresos fijos son de RD$35,000, el índice de endeudamiento es de 37.1%.

Comúnmente se recomienda que el nivel de endeudamiento esté por debajo del 40% cuando se piense contraer una nueva obligación financiera.

Otro elemento por considerar es la estabilidad en la fuente de ingresos, que permitirá tener la seguridad de que se podrá cumplir con el pago del préstamo. En los casos en que se es empleado, para asumir una nueva deuda es aconsejable contar con al menos 6 meses laborando en la empresa.

Igualmente, ya que los préstamos pueden estar sujetos a cambios, especialmente por la fluctuación en la tasa de interés condicionada por el mercado, se explica que es significativo tener una perspectiva a futuro de cómo podría variar la capacidad de pago. En tal sentido, es aconsejable contar con un plan de contingencia que permita dar continuidad al pago de las cuotas establecidas y evitar afectar el historial crediticio por incumplimiento.

En resumen, tomar un nuevo tipo de crédito no solo dependerá de la necesidad de cumplir con el objetivo que se plantee (comprar una vivienda o vehículo, montar o ampliar un negocio, realizar estudios superiores, etc.) sino también de los compromisos financieros que se han asumido con anterioridad, la permanencia de los recursos y la forma en que se enfrentará.