- “Como hemos visto en este tiempo en las protestas en Cuba, no hay ni habrá opresión, dictadura, represión, torturas o asesinatos que puedan, en definitiva, en el largo plazo, detener la democracia”, afirmó secretario general de la OEA.
- Luis Almagro instó a seguir denunciando “a las peores tiranías” de América Latina, como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela, con tal de “defender la democracia” y la estabilidad en la región.
- El Secretario General de la OEA habló durante una intervención vía telemática en el foro Libertad en la Era Digital organizado por el Miami Dade College.
Miami, EE.UU. — El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, insistió el martes en la necesidad de seguir denunciando los ataques a la democracia en la región latinoamericana con el objetivo de acabar “con las peores tiranías”.
En especial, se refirió al caso de Cuba, donde en los últimos meses se han registrado históricas manifestaciones con la participación de miles de personas tomando las calles, exigiendo “libertad” y denunciando la “represión” por parte del oficialismo.
Ante eso, aseguró que “la defensa de la democracia” pasa por “denunciar a las peores tiranías”, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
“La defensa de la democracia exige que sigamos denunciando cómo aún se resisten a dejar el poder las peores tiranías que siguen atacando a sus pueblos, quebrándolos y manteniéndolos en la miseria para que no tengan la fuerza de reclamar”, manifestó Almagro durante una intervención vía telemática en el foro ‘Libertad en la Era Digital’ organizado por el Miami Dade College.
El lunes 15 de noviembre se había convocado la “Marcha Cívica por el Cambio” en Cuba, una movilización que pretendía ser una continuidad a las multitudinarias manifestaciones que se dieron el 11 de julio y que acapararon la atención internacional. El Gobierno cubano, con su presidente Miguel Díaz-Canel al frente, ilegalizó la protesta y avisó que estaban dispuestos a “defender la Revolución” a cualquier precio.
Ante esas advertencias y la militarización de las calles de la isla caribeña, la mayoría de los manifestantes prefirieron quedarse en casa y no salir a protestar para evitar ser arrestados o atacados por las autoridades cubanas.
Pese a eso, Almagro avisó que las acciones del oficialismo cubano no harán detener el rumbo del país hacia la libertad, algo que, en su opinión, está reclamando la mayoría del pueblo de Cuba.
“Como hemos visto en este tiempo en las protestas en Cuba, no hay ni habrá opresión, dictadura, represión, torturas o asesinatos que puedan, en definitiva, en el largo plazo, detener la democracia”, expuso.
Defensa de la democracia
En su opinión, la defensa de la democracia ha de ser “uno de los grandes objetivos” en América Latina, por lo que se han de seguir estrechando alianzas con los países de la región para “no dar tregua a las tiranías del continente”.
“Es fundamental que los gobiernos mantengan el compromiso político para preservar el balance entre los poderes del Estado, asegurar el ejercicio para el inventario, proteger la continuación del proceso democrático, garantizar la gobernabilidad ceñida, elecciones justas, libres y transparentes”, agregó al respecto, puntualizando que “la democracia es clave para proporcionar a todos los ciudadanos seguridad y bienestar económico”.
Con todo, celebró que la región latinoamericana está siendo testigo de una revolución tecnológica y que, cada vez más, la población tiene mayor acceso a las plataformas sociales. Ese escenario, a su juicio, permite “expandir la participación política y el alcance de la democracia”.
“Los ciudadanos tienen acceso sin precedentes a información sobre procesos democráticos de toda naturaleza. Pueden participar directamente en esos procesos democráticos de diferente naturaleza, incluso en las propias campañas electorales con su opinión”, dijo, convencido de que “esos avances son fuertes, son beneficiosos para la democracia representativa y la participación popular de los ciudadanos”.
Es por eso que instó a “las sociedades democráticas, con la finalidad de preservar la libertad de expresión e información y los derechos políticos”, a “plantear una lucha frontal contra la desinformación y las noticias falsas que distorsionan la opinión pública, fomentan la polarización y la desestabilización política”.
“En un mundo globalizado, no solo los estados, sino los pueblos deben afrontar los retos de la era digital de manera conjunta y coordinada”, concluyó.