La jueza María Eugenia Capuchetti fue al edificio donde vive la vicepresidenta para tomarle declaración como testigo. (Foto: Fuente externa).
  • Las autoridades argentinas quieren saber si el hombre que trató de atentar contra la vicepresidenta Cristina Fernández actuó solo o fue enviado por alguien.
  • El brasileño, de 35 años, fue detenido el jueves por la noche después de apuntar con un arma de fuego a la vicepresidenta en lo que el mandatario Alberto Fernández calificó como un atentado que se frustró porque la pistola no se disparó.

Buenos Aires, Argentina — Las autoridades argentinas investigaban este viernes si un ciudadano brasileño actuó por cuenta propia o siguiendo órdenes cuando intentó atentar la víspera contra la vicepresidenta Cristina Fernández, una de las principales figuras políticas del país.

Del detenido, identificado como Fernando André Sabag Montiel, se sabe hasta ahora que es vendedor ambulante y reside en el país desde hace décadas, dijo a AP un funcionario que pidió no ser identificado por no estar autorizado a dar información sobre el ataque a la también exmandataria.

“No hay ninguna hipótesis confirmada” sobre si actuó solo o fue enviado por alguien, por lo que “todo es materia de investigación”, sostuvo el funcionario.

El hecho, ocurrido la noche del jueves en las inmediaciones del edificio donde reside la exmandataria en Buenos Aires, ha generado una gran conmoción en el país y los partidarios de la dirigente peronista tienen programada una manifestación en las próximas horas en la Plaza de Mayo.

Desde hace más de dos décadas Fernández es una figura central de la política argentina, donde ha ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora vicepresidenta.

Las aguas se dividen entre los que la admiran por considerar que es una defensora de las políticas sociales en favor de los sectores empobrecidos y los que la califican de demagoga y corrupta.

El brasileño, de 35 años, fue detenido el jueves por la noche después de apuntar con un arma de fuego a la vicepresidenta en lo que el mandatario Alberto Fernández calificó como un atentado que se frustró porque la pistola no se disparó, informa la Voz de América.

El detenido reside en Argentina desde 1998 y la policía le encontró un cuchillo de cocina durante una revisión en las calles de la capital en 2021, pero no tiene antecedentes penales.

Imágenes del brasileño obtenidas de sus redes sociales, ahora inactivas, y difundidas por los medios de prensa locales lo muestran posando con sus manos y brazos llenos de tatuajes que, según usuarios de redes sociales, están asociados con la simbología nazi.

El senador Oscar Parrilli, uno de los hombres más cercanos a la vicepresidenta, dijo a los periodistas que “Cristina está impactada y conmocionada” pero “tiene su espíritu y temple intactos, y en este sentido está bien”.

La jueza María Eugenia Capuchetti fue al edificio donde vive la vicepresidenta para tomarle declaración como testigo.

El presidente Fernández dispuso que el viernes sea feriado nacional luego de calificar la agresión ocurrida frente a la casa de la exmandataria como “el hecho más grave desde que hemos recuperado la democracia” en 1983 tras una dictadura militar de siete años.

Los colegios no abrieron sus puertas y apenas se percibe actividad en las calles de Buenos Aires y otras ciudades.

El papa Francisco expresó su solidaridad a la vicepresidenta. “Rezo para que en la querida Argentina prevalezcan siempre la armonía social y el respeto de los valores democráticos, contra todo tipo de violencia y agresión”, dijo el pontífice, de origen argentino, en un comunicado.

La agresión fue condenada por los dirigentes políticos de la región. Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Luis Arce; de Chile, Gabriel Boric; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Perú, Pedro Castillo; de Ecuador, Guillermo Lasso, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, sumaron en las últimas horas sus mensajes de condena al ataque

Los exmandatarios de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y de Bolivia, Evo Morales, son algunos de los que manifestaron su respaldo.