Los críticos del proyecto señalan que la ley es contraria a la libertad religiosa y de asociación.
París, Francia—(ACI-Prensa)–El 16 de febrero la Asamblea Nacional de Francia aprobó una ley para combatir el extremismo musulmán; sin embargo, la norma también afectaría a otros credos al prohibir los símbolos religiosos en algunas circunstancias e incluso coartar la libertad de expresión.
Los promotores argumentaron que la ley es para responder a los atentados islamistas de los últimos años en Francia, como el ataque a la Catedral de Niza el 29 de octubre y la decapitación del profesor Samuel Paty cerca de París el 16 de octubre.
La norma titulada “Ley que reafirma los principios republicanos” como libertad, igualdad, fraternidad, dignidad de la persona humana, laicidad y defensa del orden público, fue aprobada por 347 votos a favor, 151 en contra y 65 abstenciones.
Ahora pasará a ser votada en el Senado, lo cual no se realizará antes del 30 de marzo.
La ley es apoyada por el presidente Emmanuel Macron y el ministro del Interior, Gerald Darmanin, quien dijo que esta norma ofrece una “mejor protección a las mujeres que son víctimas del oscurantismo religioso”. “Es un texto duro pero necesario para la República”, agregó.
Los críticos del proyecto señalan que la ley es contraria a la libertad religiosa y de asociación.
El miércoles 3 de febrero, Mons. Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), dijo ante los parlamentarios que “se trata de una ley esencialmente represiva”.
“En nombre del respeto de los principios de la República [este proyecto] en el fondo dará la impresión que hay que desconfiar de los ‘ciudadanos franceses creyentes’ y que las asociaciones de culto deben ser objeto de una ‘vigilancia particular’”, afirmó.
La mayoría de la población en Francia es cristiana, con un número considerable que no pertenece a ninguna religión. Los musulmanes son alrededor del 8%.
Durante más de un siglo Francia ha mantenido una fuerte tradición de laicidad que respondía originalmente al catolicismo, pero que en décadas recientes se aplicó al islam en la vida pública y privada de los ciudadanos.
Con esta nueva ley los grupos religiosos tendrán que declarar sus donaciones del extranjero y deberán certificar sus cuentas. Esta medida se debe a la preocupación existente ante la edificación de mezquitas por parte de Turquía, Qatar o Arabia Saudita para expandir su influencia con una versión rigorista del islam, según indica la Agence France Presse, (AFP).
Quienes apoyen el terrorismo podrían ser inhabilitados para servir como funcionarios públicos, y hay normas más estrictas que sancionan el “discurso de odio”, incluyendo multas y cárcel.
Aquellos que trabajen para empresas privadas que presten servicios públicos, como los conductores de buses, no podrán usar vestimenta religiosa.