Las recientes lluvias que azotaron el Gran Santo Domingo colapsaron el tránsito en las vías públicas a niveles poco vistos en una generación, y una vez más dejan al desnudo la falta de un drenaje pluvial efectivo para una ciudad de alta densidad poblacional.

Los gobiernos van y vienen. / No hay dinero pa’ el drenaje. / Si algunos van y convienen, / le llega bien su engranaje.

Por Cantaclaro

El diluvio muy reciente,
que azotó Santo Domingo,
sin que lo quiera Vicente,
le dañó el carro a Domingo.

La historia de la ciudad,
no tiene comparación.
Ella requiere de acción,
pero sigue la impiedad.

La misma cosa de siempre:
Basura, apagón, inseguridad.
Como si fuera noviembre,
inundaciones y maldad.

Los gobiernos van y vienen.
No hay dinero pa’ el drenaje.
Si algunos van y convienen,
le llega bien su engranaje.

Hace falta tres radares,
que vigilen y protejan.
Con el tiempo se acotejan,
prevención y malabares.

Por una mejor ciudad,
entre todos se compite.
¡Que viva la inequidad…
La historia vuelve y repite!