- En un comunicado publicado este 22 de julio en su sitio web, el Cardenal Burke cuestionó: ¿puede el Romano Pontífice jurídicamente abolir (la Misa en la forma extraordinaria)?
- Añadió que “no es un ‘poder absoluto’, lo que incluiría el poder para cambiar la doctrina o para erradicar una disciplina litúrgica que ha estado viva en la Iglesia desde el tiempo del Papa Gregorio Magno, e incluso antes”.
Ciudad de El Vaticano–Al reflexionar sobre el reciente motu proprio Traditionis custodes del Papa Francisco, el Cardenal Raymond Leo Burke, Prefecto Emérito de la Signatura Apostólica en el Vaticano, cuestionó la autoridad del Santo Padre para eliminar la Misa tradicional en latín.
En un comunicado publicado este 22 de julio en su sitio web, el Cardenal Burke cuestionó: ¿puede el Romano Pontífice jurídicamente abolir (la Misa en la forma extraordinaria)? La plenitud del poder (plenitudo potestatis) del Romano Pontífice es el poder necesario para defender y promover la doctrina y la disciplina de la Iglesia”.
Sin embargo, añadió, “no es un ‘poder absoluto’, lo que incluiría el poder para cambiar la doctrina o para erradicar una disciplina litúrgica que ha estado viva en la Iglesia desde el tiempo del Papa Gregorio Magno, e incluso antes”, informa ACI-Prensa.
El Purpurado señaló que “muchos fieles -laicos, ordenados y consagrados- me han expresado la angustia profunda que les ha causado el Motu Proprio ‘Traditionis Custodes’”.
“Aquellos que están unidos al Usus Antiquior (el uso más antiguo) [UA], lo que el Papa Benedicto XVI llamó la Forma Extraordinaria, del Rito Romano, están profundamente descorazonados por la severidad de la disciplina que el Motu Proprio impone, y ofendidos por el lenguaje que emplea para describirlos, a sus actitudes y a sus conductas”, expresó.
“Como un miembro de la feligresía, que también tiene un lazo intenso con el UA, comparto completamente sus sentimientos de profundo dolor”, indicó, añadiendo que presenta sus observaciones como “Obispo de la Iglesia y como un Cardenal, en comunión con el Romano Pontífice”.
El motu proprio Tratidionis custodes (Custodios de la Tradición) del Papa Francisco fue publicado el 16 de julio, con el objetivo de regular la posibilidad de que los sacerdotes celebren la Misa en la forma extraordinaria, es decir con el Misal anterior a 1970.
En una carta que acompaña y explica el motu proprio, el Santo Padre señaló que “me entristece el uso instrumental del Misal Romano de 1962, que se caracteriza cada vez más por un rechazo creciente no solo de la reforma litúrgica, sino del Concilio Vaticano II, con la afirmación infundada e insostenible de que ha traicionado la Tradición y la ‘verdadera Iglesia’”.
Con este documento, el Papa Francisco modifica las disposiciones dadas por su predecesor, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI, en su motu proprio Summorum Pontificum.
El Cardenal Burke analizó también el artículo 1 del motu proprio, en el que el Papa Francisco determina que “los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano”.
Para el Purpurado, “la correcta interpretación” de este artículo “no puede ser la negación de que el UA es una expresión siempre vital de ‘la lex orandi del Rito Romano’”.
“Nuestro Señor, que dio el maravilloso don (de la Misa en la forma extraordinaria), no permitirá que sea erradicada de la vida de la Iglesia”, señaló.
El Cardenal Burke se pronunció luego sobre “el mal grave percibido constituido por el UA, he tenido una amplia experiencia durante muchos años y en muchos lugares con los fieles que regularmente adoran a Dios de acuerdo al UA”.
“Con toda honestidad, debo decir que estos fieles, de ninguna forma, rechazan ‘a la Iglesia y sus instituciones en el nombre de lo que es llamada la ‘verdadera Iglesia’”, dijo.
“Por el contrario, aman al Romano Pontífice, a sus obispos y sacerdotes y, cuando otros han tomado la elección del cisma, ellos han querido siempre permanecer en completa comunión con la Iglesia, fieles al Romano Pontífice, a menudo con el costo de gran sufrimiento”, expresó.
Si bien reconoció que “hay individuos e incluso ciertos grupos que abrazan posiciones radicales, como ocurre en otros sectores de la vida de la Iglesia, ellos no son, en modo alguno, característicos del mayor y cada vez creciente número de fieles que desean adorar a Dios según el UA”.
El Purpurado subrayó además que “la Sagrada Liturgia no es un asunto de la así llamada ‘política eclesial’, sino el encuentro más completo y perfecto con Cristo para nosotros en este mundo”. En la parte final de su mensaje, el Cardenal alentó a los católicos a “rezar fervientemente por el Papa Francisco, los obispos y los sacerdotes”.