Las autoridades del Condado de Pinellas advirtieron de los peligros que acechan a las infraestructuras críticas conectadas a la red de Internet en los Estados Unidos. (Foto: Fuente externa).
  • El hacker logró acceder al sistema de tratamiento de agua de Oldsmar, en Florida, y alterar los niveles de lejía en el sistema de purificación.
  • El ataque fue detectado rápidamente y detenido por un supervisor.
  • Todavía no se han realizado detenciones y se desconoce si el intento criminal se hizo desde dentro o fuera de Estados Unidos.

Oldsmar, Florida–Una pequeña ciudad de casi 14.000 habitantes, es un lugar poco probable para un intento de masacre cibernética.

Entonces, cuando un operador de la planta de tratamiento de agua de la ciudad notó que alguien accedía brevemente a su red a principios del 5 de febrero, asumió que era un supervisor que se estaba registrando. En medio de una pandemia, el trabajo remoto difícilmente sería inusual.

Pero la complacencia se convirtió en alarma a la hora del almuerzo, cuando notó que alguien había tomado el control de su cursor durante varios minutos y había aumentado el nivel de hidróxido de sodio o lejía.

Se trata de un químico alcalino cáustico que se usa en pequeñas cantidades para controlar la acidez del agua, el cual fue reajustado en grandes cantidades en limpiador de desagües, más de cien veces del estandar requerido.

El intento por envenenar a los floridanos fracasó cuando el atento operador rápidamente revirtió la medida, mucho antes de que pudiera cambiar la composición química del suministro de agua.

Si no lo hubiera hecho, otros sistemas de monitoreo en la planta habrían notado el cambio en el nivel de pH y activado de inmediato la alarma, según el alcalde de la ciudad.

“En ningún momento hubo un efecto adverso significativo sobre el agua que se estaba tratando”, dijo el alguacil local, en una conferencia de prensa el 8 de febrero.

Añadió que «es importante destacar que el público nunca estuvo en peligro». Los residentes de Oldsmar pueden no ser tan optimistas.

El ataque es un recordatorio de que la creciente digitalización de la infraestructura crítica la ha vuelto vulnerable como nunca antes.