“Las protestas pacíficas y legítimas han sido secuestradas por elementos radicales violentos y agitadores externos.”—William P. Barr, Procurador General.
Washington, D.C.— El Departamento de Justicia de Estados Unidos, DOJ, advirtió el lunes que es hora de dejar de ver la violencia, confrontarla y detenerla, y responsabilizó a las autoridades y líderes estatales y locales que garanticen recursos para aplicar la ley, incluída la Guardia Nacional cuando sea necesario, en las calles, para restablecer la ley y el orden.
En una declaración, el procurador general de la nación, William P. Barr, afirmó que ““Con los disturbios que están ocurriendo en muchas de nuestras ciudades en todo el país, las voces de protestas pacíficas y legítimas han sido secuestradas por elementos radicales violentos. Grupos de radicales y agitadores externos están explotando la situación para perseguir su propia agenda separada, violenta y extremista.”
Agregó que “Es hora de dejar de ver la violencia y confrontarla y detenerla. La continua violencia y destrucción de la propiedad pone en peligro la vida y el sustento de los demás e interfiere con los derechos de los manifestantes pacíficos, así como de todos los demás ciudadanos.”
El procurador Barr advirtió que la violencia registrada “También socava el trabajo urgente que debe hacerse, a través de un compromiso constructivo entre las comunidades afectadas y los líderes de las fuerzas del orden, para abordar las quejas legítimas. Prevenir la reconciliación y separarnos es el objetivo de estos grupos radicales, y no podemos dejar que tengan éxito.”
El jefe del Departamento de Justicia federal subrayó que “Es responsabilidad de los líderes estatales y locales garantizar que se implementen recursos adecuados para la aplicación de la ley, incluida la Guardia Nacional cuando sea necesario, en las calles para restablecer la ley y el orden. Vimos que esto finalmente sucedió en Minneapolis anoche, y funcionó.»
Barr precisó que las acciones federales de aplicación de la ley estarán dirigidas a detener y acusar “a los violentos agitadores radicales que han secuestrado protestas pacíficas y están involucrados en violaciones de la ley federal.”
Reveló que para identificar a los organizadores e instigadores criminales, y para coordinar los recursos federales con los socios estatales y locales, la policía federal de Estados Unidos está utilizando la red existente de 56 Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo (JTTF) regionales del FBI.
“La violencia instigada y llevada a cabo por Antifa y otros grupos similares en relación con los disturbios es el terrorismo doméstico y será tratada en consecuencia», subrayó.
La Capital federal de los Estados Unidos no ha escapado a la ira y la violencia de elementos radicales que han dañado algunos de los monumentos más emblemáticos de la nación, los cuales fueron desfigurados durante el fin de semana cuando los manifestantes itinerantes se extendieron al National Mall, dejando un rastro de vandalismo a su paso.
Las fotos publicadas el sábado por el Servicio Federal de Parques Nacionales, NPS, mostraron mensajes pintados con pintura de aerosol en el Lincoln Memorial, el Memorial de la Segunda Guerra Mundial y la estatua del general Casimir Pulaski.
«A raíz de las manifestaciones de anoche, hay numerosos casos de vandalismo a sitios alrededor del National Mall», dijo la publicación de NPS. «Durante generaciones, el centro comercial ha sido el principal espacio de reunión cívica de nuestra nación para manifestaciones no violentas, y pedimos a las personas que continúen con esa tradición.”
Docenas de ciudades de EE.UU. Han visto protestas pacíficas por la muerte de George Floyd, un hombre negro asesinado en el Día de los Caídos mientras estaba bajo custodia policial de Minneapolis, amparados en la oscuridad de la noche para generar disturbios, vandalismo, incendios, asaltos, saqueos y agresiones.
Otro de los monumentos simbólicos de la Capital federal es la Iglesia Saint John, con más de cien años de existencia frente a la Casa Blanca, cuya estructura fue quemada y vandalizada la noche del domingo durante una protesta violenta enfrentada por las fuerzas del orden público.
Al menos 60 agentes del orden público, entre efectivos de la Policía del Capitolio y del Servicio Secreto, resultaron heridos en la refriega nocturna a unos 700 metros de la Casa Blanca, próximo al centro comercial de Washington, D.C. En más de 30 ciudades de la costa este y oeste hay toque de queda, y más de cuatro mil efectivos de la Guardia Nacional vigilan las calles y centros comerciales para prevenir y sofocar los disturbios.