Sede el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza.

La elección de los regímenes de Cuba, Rusia y China en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU no ha sido coincidencia.

El 13 de octubre de 2020 quedará marcado en la historia de las Naciones Unidas como un día de ignominia para la Humanidad.

Tres de los principales verdugos de los derechos humanos, la defensa y la dignidad individual en todos los rincones del planeta, ahora se perfilan como sus defensores pese a su extenso historial deleznable de violadores consuetudinarios.

En esa fatídica fecha, los regímenes de Cuba, Rusia y China –enemigos declarados del sistema de vida democrática en el planeta—resultaron “electos” por la Asamblea General de la ONU para ocupar un escaño en el Consejo de Derechos Humanos, UNHCR, del organismo mundial.

La elección no ha sido coincidencia. Son muchos años de zapa para subvertir los valores que deben representar la defensa, la dignidad y los derechos elementales y que con tanta frecuencia son pisoteados a otros, por los mismos que ahora se ponen el traje de defensores de los derechos humanos.

Con justicia, la delegación de Estados Unidos se retiró de ese organismo de la ONU. El 19 de junio de 2018, el secretario de Estado, Michael R. Pompeo, junto a la embajadora Nikki Haley, definió la situación en la sede de Ginebra de la siguiente manera:

“No tenemos ninguna duda de que alguna vez hubo una visión noble para este consejo. Pero hoy, debemos ser honestos: el Consejo de Derechos Humanos es un pobre defensor de los derechos humanos.

Peor que eso, el Consejo de Derechos Humanos se ha convertido en un ejercicio de hipocresía descarada, con muchos de los peores abusos de los derechos humanos en el mundo siendo ignorados y algunos de los infractores más graves del mundo forman parte del propio consejo.

Lo único peor que un consejo que no hace casi nada para proteger los derechos humanos es un consejo que cubre las violaciones de derechos humanos y, por lo tanto, es un obstáculo para el progreso y un impedimento para el cambio.

El Consejo de Derechos Humanos permite los abusos absolviendo a los malhechores mediante el silencio y condenando falsamente a quienes no han cometido ningún delito. Un simple vistazo al mundo actual demuestra que el consejo ha fracasado en sus objetivos declarados.

Su membresía incluye gobiernos autoritarios con antecedentes de derechos humanos inequívocos y aborrecibles, como China, Cuba y Venezuela.
No existe un proceso electoral justo ni competitivo, y los países se han coludido entre sí para socavar el método actual de selección de miembros.”

Quienes guardaban la esperanza de que la situación cambiaría para mejor en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ya no deben tener dudas.

En la segunda década del siglo XXI, algunos de los guardianes allí de esos derechos elementales, son ahora las mismas dictaduras y los mismos verdugos que tienen por costumbre pisotearlos con impunidad ante los 192 miembros del organismo.

En pocas palabras, a un grupo de pirómanos se les ha dado el derecho de ingresar a la sede principal del cuerpo de bomberos. Que quede claro: el 13 de octubre de 2020 quedará indeleble en la memoria histórica como otro día de ignominia de las Naciones Unidas ante la Humanidad. ¡Dios salve a la Reina!