- La estadounidense Sydney McLaughlin rompió el récord mundial.
- Su compatriota, Dalilah Muhammad, también registró récord de competencia para la historia de los Juegos Olímpicos.
Tokio, Japón–Solo una de las mejores corredoras con obstáculos del mundo se quedó con la medalla de oro, y fue McLaughin la que cruzó primero en el capítulo más reciente de la mejor rivalidad actual del atletismo.
La joven de 21 años originaria de Nueva Jersey ganó los 400 metros con vallas el miércoles al cruzar la meta en 51.46 segundos en una nueva jornada histórica sobre la pista del Estadio Olímpico.
McLaughlin vino de atrás en los últimos 100 metros para superar a su compatriota y campeona defensora. El tiempo de Muhammad de 51.58 segundos también fue suficiente para superar el récord previo de McLaughlin de 51.9 segundos, el cual impuso en la eliminatoria estadounidense el mes pasado. Pero Muhammad se quedó con la plata y el título de la segunda corredora más rápida del mundo en la prueba.
La holandesa Femke Bol terminó con el bronce con 52.03 segundos.
“Creo de verdad que es acero afilando acero”, dijo McLaughlin. “Cada que nos paramos en la pista, siempre es rápido”. McLaughlin celebró en silencio, en parte porque recorrer 400 metros mientras se libran 17 obstáculos es mucho más agotador de lo que ella lo hace ver.
“Ese fue el (ácido) láctico” acumulándose, dijo.
Se sentó en el suelo, observó detenidamente la pizarra — sí, un récord, otra vez — se levantó y avanzó hacia la estación de sanitización. Muhammad se le acercó, la abrazó y la felicitó. Se volverán a encontrar. Campeonatos mundiales, próximo julio.
A pesar de que McLaughlin estuvo impresionante, el récord no sorprendió a nadie.
McLaughlin y Muhammad se habían estado intercambiando triunfos y récords mundiales durante los últimos dos años. Muhammad rompió el récord en los nacionales de Estados Unidos en Iowa en 2019 y luego una vez más, colocándolo en 52.16, en los campeonatos mundiales de Doha.
McLaughlin rompió esa marca hace unos meses durante el eliminatorio rumbo a la justa olímpica, llevándolo a 51.90 para convertirse en la primera mujer en romper la barrera de los 52 segundos.
Desde el carril 7, Muhammad tuvo una salida explosiva — quizá demasiado — y tomó ventaja en la primera recta. “La perfeccionista que hay en mí piensa ’Pude haberlo hecho, puedo hacer eso”, declaró Muhammad. “Pero no puedo hacer tanto”.
Poco a poco y constantemente, McLaughlin le dio alcance y estaban prácticamente empatadas al llegar a los últimos 100 metros. Al librar el último obstáculo, fue McLaughlin la que comenzó a despegarse.
El margen de 0.12 segundos fue estrecho, pero no tanto como en Doha, cuando McLaughlin cayó por 0.07 segundos. La panameña Gianna Woodruff terminó en la séptima posición con 55.84 segundos.