El portavoz del Departamento de Estado se negó a comparar la situación en Ecuador con lo ocurrido en diciembre en Perú, cuando el entonces presidente Pedro Castillo tomó la decisión de disolver el Congreso y declarar un “gobierno de excepción”, lo que llevó a su posterior arresto. (Foto: Fuente externa).

El Departamento de Estado señala que el régimen cubano ha dado apoyo repetido a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas.

Washington, D.C.—El gobierno de los Estados Unidos designó al gobierno de Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo, acción que describe como un claro mensaje al régimen de Castro para que ponga fin a su apoyo al terrorismo internacional y a la subversión de la justicia estadounidense.

En un comunicado, el Departamento de Estado subraya que “la Administración Trump se ha centrado desde el principio en negar al régimen de Castro los recursos que utiliza para oprimir a su pueblo en casa y contrarrestar su maligna interferencia en Venezuela y el resto del hemisferio occidental.”

El secretario de Estado, Michael R. Pompeo, señala que “con esta acción, una vez más responsabilizaremos al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense.”

La nota indica que durante décadas, “el gobierno cubano ha alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras que muchos cubanos pasan hambre, se quedan sin hogar y sin medicamentos básicos.”

Agrega que “miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), una Organización Terrorista Extranjera designada por Estados Unidos, viajaron a La Habana para sostener conversaciones de paz con el gobierno colombiano en 2017. Citando protocolos de negociación de paz, Cuba rechazó las solicitudes de Colombia de extraditar a diez líderes del ELN que viven en La Habana, después de que el grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado con bomba de enero de 2019 en una academia de policía de Bogotá que mató a 22 personas e hirió a más de 87.

El Departamento de Estado además señala que el gobierno de Cuba “también alberga a varios fugitivos de la justicia estadounidenses, buscados o condenados por cargos de violencia política, muchos de los cuales han residido en Cuba durante décadas.”

Y pone de ejemplo los casos en que el régimen cubano “se ha negado a devolver a Joanne Chesimard, en la lista de terroristas más buscados del FBI por ejecutar al policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster en 1973; Ishmael LaBeet, condenado por matar a ocho personas en las Islas Vírgenes de Estados Unidos en 1972; Charles Lee Hill, acusado de matar al policía estatal de Nuevo México, Robert Rosenbloom, en 1971; y otros.

Precisa que “el gobierno de Cuba regresa a la lista del SST luego de su compromiso incumplido de dejar de apoyar el terrorismo como condición para su remoción por parte de la administración anterior en 2015. El 13 de mayo de 2020, el Departamento de Estado notificó al Congreso que había certificado a Cuba bajo la Sección 40A (a) de la Ley de Control de Exportación de Armas como «no cooperando plenamente» con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos en 2019.

El comunicado subraya que, además del apoyo al terrorismo internacional que es la base de la acción de hoy, “el régimen cubano se involucra en una variedad de comportamientos malignos en toda la región. El aparato de inteligencia y seguridad cubano se ha infiltrado en las fuerzas militares y de seguridad de Venezuela, ayudando a Nicolás Maduro a mantener su dominio sobre su pueblo mientras permite que operen organizaciones terroristas.”

También cita el apoyo del gobierno cubano a los disidentes de las FARC y al ELN también continúa más allá de las fronteras de Cuba, y el apoyo del régimen a Maduro ha creado un ambiente permisivo para que los terroristas internacionales vivan y prosperen dentro de Venezuela.”

La designación de hoy somete al gobierno de Cuba a sanciones que penalizan a personas y países que realizan cierto comercio con la isla, restringe la ayuda exterior de Estados Unidos, prohíbe las exportaciones y ventas de defensa e impone ciertos controles a las exportaciones de artículos de doble uso.

“Estados Unidos seguirá apoyando al pueblo cubano en su deseo de un gobierno democrático y el respeto de los derechos humanos, incluida la libertad de religión, expresión y asociación. Hasta que se respeten estos derechos y libertades, continuaremos responsabilizando al régimen”, concluye el comunicado del Departamento de Estado de los Estados Unidos.