Departamento de Estado: Informe preliminar apunta a envenenamiento del activista en Rusia.
Washington, D.C.—El gobierno de los Estados Unidos expresó su profunda preocupación por las conclusiones preliminares de los expertos médicos alemanes de que el activista de la oposición rusa, Aléksey Navalny, haya sido envenenado.
“Si los informes resultan precisos, Estados Unidos apoya el llamamiento de la Unión Europea para una investigación exhaustiva y está dispuesto a ayudar en ese esfuerzo” indica una declaración del Departamento de Estado.
Añade que “La familia del Sr. Navalny y el pueblo ruso merecen que se lleve a cabo una investigación completa y transparente, y que los implicados rindan cuentas. Nuestros pensamientos están con la familia del Sr. Navalny y esperamos que se recupere por completo.”
El gobierno ruso rechazó este martes las acusaciones de participación en un presunto ataque al destacado opositor ruso Alexei Navalny, quien se encuentra en coma en un hospital en Alemania. Los médicos dijeron en la víspera que fue envenenado.
Los aliados del político acusan al Kremlin de provocar la enfermedad de su crítico más destacado, y algunos reclaman que se investigue si el presidente Vladimir Putin tuvo alguna participación.
Este abogado y activista ha develado escándalos del Gobierno de Vladimir Putin, que comprometen desde primeros ministros hasta presidentes. Sus acciones lo han llevado a la cárcel más de una vez y, ahora, sus aliados creen que fue envenenado como ha ocurrido con opositores y antiguos espías rusos.
Alexéi Navalny tomó un té durante un vuelo de regreso a Moscú. Minutos después cayó al piso, inmóvil, mientras que quienes lo acompañaban se hacían una primera idea de lo que podría haber sucedido.
Según ellos, el opositor del gobierno ruso de Vladimir Putin fue envenenado ese jueves 20 de agosto, justo después de volar a la ciudad rusa de Tomsk para reunirse con sus aliados políticos antes de las elecciones regionales de septiembre.
La condición de salud del activista era tan delicada que el avión tuvo que aterrizar de emergencia en Omsk, en el centro-sur de Rusia, para poder llevarlo a una clínica. Una vez en el centro de salud, lo indujeron a un coma y aseguraron que su cerebro estaba en buenas condiciones.
Pero la esposa de Navalny y los aliados de este opositor no confiaron en el personal médico y le pidieron a la organización alemana Cinema for Peace Foundation que se lo llevaran a ese país.
Su temor es que el personal de la clínica borrara todas las evidencias que ayudaran a entender por qué se desplomó después de tomar una taza de té, aunque Alexander Murakhovsky, el jefe médico del hospital, dijo que el diagnóstico era una enfermedad metabólica que quizá le provocó un bajón de azúcar y terminó por causar el desmayo.
Murakhovsky añadió que, si bien encontraron sustancias químicas en la ropa y en los dedos de Navalny, ellos no creen que haya sido envenenado.