La medida, vigente hasta finales del 2020, incluye acreedores del FMI, el BM, el G20 y Club de París.
Washington, D.C.—Los ministros de Finanzas del G7 suspendieron hasta finales de año el pago de la deuda de países pobres debido a los desafíos económicos y de salud asociados a la pandemia causada por el COVID-19.
En un comunicado, el grupo subraya que “La pandemia ha perturbado significativamente el crecimiento mundial y ha requerido esfuerzos extraordinarios de política fiscal, lo que ha agravado las vulnerabilidades de la deuda existente en muchos países de bajos ingresos.”
Los ministros de Finanzas del G7 encomiaron los esfuerzos de las instituciones financieras internacionales, (IFI), para aumentar rápidamente la asistencia financiera y técnica a estos países.
Al mismo tiempo, pidieron “al FMI y al Banco Mundial que actualicen periódicamente las evaluaciones de las necesidades de financiación de los países de bajos ingresos en respuesta a las circunstancias cambiantes con el impacto de la pandemia y propongan formas para que los países cubran las brechas de financiación previstas, incluso mediante instrumentos para aprovechar el acceso Finanzas.”
Para apoyar sus esfuerzos de ayuda a los países más vulnerables, “estamos implementando la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G20-Club de París para suspender los pagos oficiales de la deuda bilateral de los países más pobres hasta fines de 2020.”
Agregan que “el DSSI ha sido fundamental en el apoyo a los 43 países que han solicitado los beneficios de la iniciativa al liberar $ 5 mil millones en espacio fiscal para financiar medidas sociales, de salud y económicas para responder a la pandemia.”
Señalan que los acreedores bilaterales oficiales del G20 y del Club de París continúan coordinando estrechamente para brindar un alivio total y transparente en el marco del DSSI. No obstante, la implementación de DSSI ha enfrentado deficiencias que han impedido que la iniciativa desarrolle todo su potencial.
En particular, lamentan “profundamente la decisión de algunos países de clasificar a las grandes instituciones financieras de propiedad estatal y controlada por el gobierno como prestamistas comerciales y no como acreedores bilaterales oficiales, sin brindar un trato comparable ni transparencia, lo que reduce significativamente la magnitud de la iniciativa y los beneficios del DSSI para los países en desarrollo.”
Añaden que las reclamaciones consideradas comerciales a los efectos del DSSI se tratarán como reclamaciones comerciales también en futuros tratamientos de deuda y para la implementación de las políticas del FMI.
“Hacemos un llamado a los prestamistas que no pertenecen al Club de París para que se comprometan con la implementación total y transparente del DSSI a través de todas las entidades gubernamentales en el futuro.”
Además, sugieren la participación voluntaria del sector privado que ha estado ausente, “lo que ha limitado los beneficios potenciales para varios países. Reiteramos nuestro llamado a los acreedores privados para que implementen el DSSI de manera voluntaria cuando lo soliciten los prestatarios elegibles.”