- El prelado, Nicola Girasoli, confirmó que era consultor en el proceso de ensayo de la vacuna china del laboratorio Sinopharm, la cual invitó a una “dosis de cortesía”, a través de una universidad local, lo que plantea cuestiones éticas y de corrupción.
- Varios vacunados han participado en la negociación de la compra de la vacuna china que ha resultado además ser una de las más caras del mercado.
- Fuentes indicaron que estas “dosis de cortesía” podrían ser “una práctica corrupta» del laboratorio chino que podría ocurrir en otros países.
Lima, Perú— (ACI-Prensa)—El debate continúa en Perú ha estallado un escándalo por la vacunación de forma irregular y secreta de cientos de personas, comenzando por el ex presidente Martín Vizcarra, su esposa y su hermano. Esta semana se publicó una lista con 487 nombres de personajes que accedieron a un lote de vacunas de la empresa china Sinopharm antes que médicos de primera línea y población vulnerable.
El Nuncio Apostólico en Perú, Mons. Nicola Girasoli, es una de las personas que integra la lista del escándalo ahora denominado por la prensa como “Vacunagate”. El gobierno ha creado una comisión de investigación en el Ministerio de Salud y el actual presidente Francisco Sagasti ha prometido separar de sus cargos a todos los funcionarios que recibieron la vacuna de forma irregular.
La lista de vacunados fue entregada por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) al Congreso, la Contraloría General de la República, la Procuraduría General del Estado y la comisión investigadora del Ministerio de Salud, luego de que Vizcarra admitiera haber recibido la vacuna cuando era mandatario y mucho antes de que el país contara con un contrato de compra con Sinopharm.
La aclaración del Nuncio
ACI Prensa se comunicó con Mons. Girasoli para confirmar si recibió la polémica vacuna. El Nuncio dijo que fue convocado por la UPCH como consultor en el “proceso de ensayo” de la vacuna china.
“No puedo entrar en los detalles. He hecho un comunicado y usted se atiene a eso”, respondió el Nuncio.
El comunicado de Mons. Girasoli dice textualmente lo siguiente:
“Yo he tenido COVID-19 en abril de 2020 con síntomas bastante severos y fui dado de alta el 11 de mayo de 2020. En junio 2020 hice público que había tenido COVID-19.
Por esto no tenía apuro en vacunarme porque los médicos me dicen que las reinfecciones son posibles pero cuidándose mucho (como rigurosamente hago) son muy raras.
A través de mi médico personal he sido convocado como consultor de la prestigiosa Universidad Cayetano Heredia en temas éticos sobre este proceso y a motivo de mi condición de convaleciente por las consecuencias que todavía tengo del COVID-19”.
“No tenía, como lo explico muy bien (en la declaración), el apuro de vacunarme y me dijeron los médicos que no había reinfecciones. Vivo como monje, son meses que no salgo. He sido convocado como consultor… Si ellos (la Universidad Cayetano Heredia) dicen eso, significa eso. Yo te doy el contexto”, agregó en diálogo con ACI Prensa.
“Vacunagate” y ensayo clínico
Sinopharm inició en Perú un ensayo clínico de su vacuna en septiembre de 2020 con 12 mil voluntarios. El ensayo implicaba que muchos recibieran placebo en vez de vacuna.
Adicionalmente el laboratorio chino envió 3.200 dosis de vacunas para ser administradas entre el personal de primera línea que tuviera relación con el ensayo clínico. Sin embargo, la lista presentada por la universidad revela que este lote fue usado de manera irregular.
Según fuentes especializadas y vinculadas a la investigación médica en el Perú, que prefieren mantenerse en el anonimato, en esta situación hay un claro problema ético pues en los estudios clínicos no deben incluirse “dosis de cortesía”.
Se estima que hay aún otra lista de vacunados irregularmente que no se ha dado a conocer. En la primera lista figuran funcionarios, investigadores y sus familiares.
Varios vacunados han participado en la negociación de la compra de la vacuna china que ha resultado además ser una de las más caras del mercado por lo que no se descarta delitos de corrupción.
Las fuentes indicaron que estas “dosis de cortesía” podrían ser “una práctica corrupta del laboratorio chino que podría ocurrir en otros países”.