Los responsables de la formulación de políticas también deben valorar, reconocer y tener en cuenta la contribución vital de las mujeres a las economías de todo el mundo a través del trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado.

Este 8 de marzo de 2024, Día Internacional de la Mujer, únase a las Naciones Unidas para celebrarlo bajo el lema “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso”.

Nueva York, EEUU — El mundo se enfrenta a numerosas crisis, desde conflictos geopolíticos, hasta niveles de pobreza en aumento y el impacto cada vez mayor del cambio climático.

Segùn el secretario general de laONU, Antonio Gutèrres, estos retos solo pueden abordarse con soluciones que empoderen a las mujeres. Invirtiendo en las mujeres podemos impulsar el cambio y acelerar la transición hacia un mundo más sano, seguro e igualitario para todas y todos.

Lograr la igualdad de género y el bienestar de la mujer en todos los ámbitos es más crucial que nunca si queremos generar economías prósperas y conseguir un planeta saludable.

Señala que «Sin embargo nos enfrentamos a un desafío clave: no existe financiación suficiente en materia de género y contamos con un alarmante déficit anual de 360.000 millones de dólares en medidas de igualdad de género para 2030.»

«Únete en nuestras reivindicaciones el 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer con el tema ‘Invertir en las mujeres: acelerar el progreso’.»

Según datos de Naciones Unidas, se necesitan 360.000 millones de dólares más al año para lograr la igualdad de género. Además, si se reducen las brechas de género, el producto interno bruto (PIB) per cápita podría aumentar un 20%.

Se estima que cerrar las brechas en los cuidados y ampliar los servicios con empleos decentes podría generar casi 300 millones de puestos de trabajo de aquí a 2035.

Si se mantienen las tendencias actuales, más de 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir en pobreza extrema en 2030. Para garantizar que se tengan en cuenta las necesidades y prioridades de las mujeres, los Gobiernos deben priorizar la financiación con perspectiva de género y aumentar el gasto público en servicios esenciales y protección social.

Los responsables de la formulación de políticas también deben valorar, reconocer y tener en cuenta la contribución vital de las mujeres a las economías de todo el mundo a través del trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado. Las mujeres dedican aproximadamente tres veces más tiempo al trabajo de cuidados no remunerado que los hombres y si a estas actividades se les asignara un valor monetario representarían más del 40% del PIB.

La inversión en las mujeres y la defensa de la igualdad de género impulsa un futuro en el que todos los miembros de la sociedad puedan prosperar, creando un mundo de oportunidades ilimitadas y empoderamiento para todas las personas.