Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, en entrevista telefónica con AP. . (Foto: Cortesía de la Voz de América).

El sismo de magnitud 7,8 sacudió una extensa región y se esperaba que la cifras de muertos y heridos aumentaran porque había muchos edificios reducidos a escombros.

Ankara, Turquía — Un terremoto de magnitud 7,8 azotó el sureste de Turquía y Siria a primeras horas del lunes, derribó cientos de edificios y mató a 1.300 personas. Se creía que aún quedaban cientos de personas bajo los escombros, y la cifra de víctimas podría subir conforme los rescatistas buscaban entre los restos en ciudades y pueblos.

A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente varias horas antes del amanecer e hicieron salir a muchos a las calles en una noche fría de viento, lluvia y nieve. Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza.

Socorristas y residentes buscaban ansiosos bajo los escombros, entre las pilas de metal retorcido y bloques de concreto a víctimas sepultadas, informa la Voz de América.

En la ciudad turca de Adana, los testigos dijeron que habían oído a una persona pedir ayuda bajo los restos de un edificio. “No tengo fuerzas para aguantar”, lloró la persona. Más al este, en Diyarbakir, grúas y equipos de rescate trabajaban en un amasijo de concreto que fue un edificio de apartamentos.

Del lado sirio de la frontera, el sismo remeció regiones bajo control opositor donde hay millones de desplazados y un decrépito sistema de salud después de vaSocorristas y residentes buscaban ansiosos bajo los escombros, entre las pilas de metal retorcido y bloques de concreto a víctimas sepultadas. (Foto: Cortesía de la Voz de América).rios años de guerra.

Al menos 11 personas murieron en la localidad de Atmed y muchas más quedaron enterradas entre los escombros, dijo un doctor del lugar, Muheeb Qaddour, en entrevista telefónica con AP.

Socorristas y residentes buscaban ansiosos bajo los escombros, entre las pilas de metal retorcido y bloques de concreto a víctimas sepultadas.