La desesperación de la cúpula castrista es evidente, tanto como lo es la decisión del pueblo cubano de exigir cambios que le devuelvan la soberanía que los comunistas le han usurpado.
Por Luis Zúñiga*
El régimen comunista de Cuba está angustiado y, peor aún, desesperado. Las diversas iniciativas con las que el pueblo se está organizando para darle continuidad a la voluntad popular del 11 de julio lo mantienen asustado. La vieja argumentación de que el comunismo significa “el pueblo al poder” se ha desprestigiado y los comunistas en el poder le han declarado la guerra al pueblo.
La respuesta torpe del régimen para frenar la marcha del 20 de noviembre con unas maniobras militares en las calles quedó desacreditada rápidamente cuando los organizadores cambiaron la fecha para el 15 de noviembre. Entonces, el régimen se quitó la careta y mostró sus habituales ‘colmillos’ para prohibirla.
La argumentación que dieron es tan falsa como lo es toda la estructura jurídica y legal del régimen. Eso lo saben de memoria los cubanos. El régimen pisotea constante y repetitivamente sus propias leyes. Lo que ha regido en Cuba bajo el comunismo es la arbitrariedad y, por supuesto, la impunidad.
Los compatriotas en Cuba solicitaron los permisos para la marcha simplemente para “cumplir” con la forma, pero sabiendo que iba a ser denegada. Los argumentos podrían ser cualesquiera y así ha resultado.
La solicitud, dice el régimen, no es “lícita” porque la intención de los solicitantes es el cambio de régimen. Es decir, que ahora son “adivinos” y pueden saber las intenciones de las personas, aunque no las manifiesten. Por supuesto, echaron a un lado las intenciones expresadas en la solicitud, que son: “Contra la violencia, para exigir que se respeten todos los derechos de todos los cubanos, por la liberación de los presos políticos y la solución de las diferencias a través de vías democráticas y pacíficas”.
La carta de denegación hace referencia comparativa a marchas “ensayo” en otros países y es oportuno recordar que en las marchas y protestas en El Alto, Bolivia, en noviembre del 2019, varios funcionarios cubanos resultaron arrestados por entregar dinero a los grupos que participaban en las protestas. Los arrestados fueron Idalberto Delgado Baró, Amparo Lourdes García Buchaca, Ramón Emilio Álvarez Cepero y Alexander Torres Enríquez. Se les ocupó un total de 90,000 pesos bolivianos equivalentes a US$13,000.
Otra de las iniciativas populares en Cuba es la jornada de oración y ayuno convocada por líderes religiosos de la isla y celebrada el pasado domingo 10 de octubre. La celebración en Miami contó con la presencia de dos importantes religiosos de Cuba: la apóstol Cristina María Rodríguez y el sacerdote Rolando Montes de Oca, párroco de Vertientes, Camagüey, así como los líderes de la Asamblea de la Resistencia Cubana.
Al régimen le molestó sobremanera ese evento en Miami y le dedicó un amplio espacio en sus medios sociales para comentar en detalle las palabras del Dr. Orlando Gutierrez-Boronat y su respaldo al Paro Nacional, otra iniciativa convocada desde Cuba.
La desesperación de la cúpula castrista es evidente, tanto como lo es la decisión del pueblo cubano de exigir cambios que le devuelvan la soberanía que los comunistas le han usurpado.
*Luis Zúñiga, Expreso político cubano y Analista político.