Las autoridades peruanas trabajaban el viernes para asistir a turistas varados en el interior del país y personas enfermas con vuelos humanitarios de las Fuerzas Armadas luego de que varios aeropuertos dejaron de operar en medio de la crisis política. (Foto: Cortesía de la Voz de América).
  • Numerosos turistas buscan ayuda para salir de Perú, ya que quedaron atrapados, tras la crisis desatada la semana pasada. Algunos aeropuertos se encuentran cerrados.
  • El gobierno de Estados Unidos, a través de su misión diplomática en el país andino, recomendó a los «viajeros afectados» por el momento «mantenerse a resguardo hasta que esté disponible un transporte seguro».

Lima, Perú — Los disturbios que han estallado en Perú tras la caída del expresidente Pedro Castillo, quien se encuentra bajo custodia policial tras ser destituido la semana pasada por intentar disolver el Congreso, han pillado por sorpresa a miles de turistas que, debido a la situación, no consiguen salir del país.

Natalia Macías viajó el 9 de diciembre a Perú, junto a sus hermanos, su sobrina y su esposo, para celebrar el aniversario número 50 de sus padres. Visitó Lima, Machu Picchu y, al llegar a Cusco, su viaje se vio truncado debido a la crisis política y social que vive el país.

“Nos cogió acá la revolución y declararon estado de emergencia en algunas ciudades, cerraron algunos aeropuertos… incluyendo Cusco, que es donde estamos ahora”, dijo Natalia a la Voz de América, quien confiesa que su familia está bien, pues cuentan con los recursos para hospedarse y alimentarse. “Efectivamente nos toca quedarnos más tiempo”, comenta.

Algo similar le sucedió a Karen Marcillo, una profesora de educación inicial de 28 años, quien estaba a punto de regresar a Ecuador cuando la crisis política impactó las calles de buena parte de Perú.

“Lamentablemente nos comunicaron que todos los vuelos se cancelaron por las protestas”, dijo en una entrevista telefónica con AP desde el aeropuerto Teniente Alejandro Velasco Astete, de Cusco. “No nos atrevemos a salir del aeropuerto debido a que las protestas están muy complicadas”.

Por su parte, Natalia albergaba el viernes la esperanza de regresar pronto, pues hizo el cambio de tiquetes por internet, buscó información en el aeropuerto de Cusco para regresar a Colombia. Sin embargo, le dijeron que debía esperar hasta el domingo para poder regresar y que “no hay nada seguro aún”.

Natalia, además, le confirmó a la VOA, que en el aeropuerto hay una gran presencia de turistas y nacionales buscando una solución. “La gente anda bastante ‘rebotada’, pero hay mucho desorden”, dice esta médico colombiana.

Según informó el viernes la cancillería ecuatoriana, 20 ciudadanos procedentes de ese país se encuentran varados en Cusco y mantienen contacto permanente con ellos.

El gobierno de Estados Unidos, a través de su misión diplomática en el país andino, recomendó a los «viajeros afectados» por el momento «mantenerse a resguardo hasta que esté disponible un transporte seguro».

«Incluso manifestaciones pacíficas pueden escalar rápidamente y volverse violentas», advierte la embajada de EEUU en un comunicado. Perú trabaja para brindar asistencia.

Las autoridades peruanas trabajaban el viernes para asistir a turistas varados en el interior del país y personas enfermas con vuelos humanitarios de las Fuerzas Armadas luego de que varios aeropuertos dejaron de operar en medio de la crisis política.

La ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, dijo a la prensa que junto al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo se está haciendo un empadronamiento de enfermos, heridos y visitantes del exterior para movilizarlos en estos vuelos y que a su vez se trabaja con la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC) -a cargo del tráfico aéreo- “para que ya haya libertad y todos los aviones ya lleguen a los aeropuertos”.

«Se está coordinando con las líneas aéreas, de hecho también para vuelos humanitarios”, dijo la ministra de Ambiente, Albina Ruiz.

Desde la semana pasada Perú se encuentra sumido en una profunda crisis política desencadenada por la decisión del expresidente Pedro Castillo de disolver el Congreso, el cual poco después lo destituyó y nombró a la hasta entonces vicepresidenta Dina Boluarte.

Castillo se encuentra en prisión preventiva por 18 meses mientras se le investiga por los delitos de rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública.

[Con información de AP]