Investigadores en Suiza han desarrollado una nueva prueba que simplifica el diagnóstico de alergias y puede predecir de manera confiable el éxito de una terapia.
Berna, Suiza — Aunque las alergias están muy extendidas, su diagnóstico es complejo y, dependiendo del tipo de alergia, las perspectivas de éxito con la terapia no siempre son claras, por lo que los científicos siempre buscan un método de tratamiento de mayor efectividad.
Hasta ahora, las pruebas cutáneas han sido desagradables, requieren mucho tiempo y están asociadas con cierto riesgo de desencadenar una reacción alérgica exagerada. Investigadores de la Universidad de Berna e Inselspital, Hospital Universitario de Berna, han desarrollado ahora una prueba novedosa que simplifica enormemente el diagnóstico de alergias y puede predecir de forma fiable el éxito de una terapia.
La inmunoterapia no siempre es exitosa: en la actualidad, no existe un método confiable para predecir las posibilidades de éxito antes de concluir dicha terapia.
Debido a ello, un grupo de investigación dirigido por Alexander Eggel del Departamento de Investigación Biomédica (DBMR) de la Universidad de Berna y el Departamento de Reumatología e Inmunología, Inselspital, Hospital Universitario de Berna.
Además, Thomas Kaufmann del Instituto de Farmacología de la Universidad de Berna, ha desarrollado ahora una prueba de alergia que, por un lado, simplifica enormemente el diagnóstico y, por otro lado, puede predecir de forma fiable el éxito de la inmunoterapia. La prueba se presentó recientemente en una publicación del Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Los mastocitos in vitro proporcionan una fiabilidad sin precedentes
La alergia tipo I ocurre cuando el cuerpo produce anticuerpos de clase inmunoglobulina E (IgE) en respuesta a los alérgenos. Los anticuerpos IgE se unen a los receptores de IgE en la superficie de células inmunitarias especializadas en el cuerpo llamadas mastocitos.
El contacto posterior con los mismos alérgenos provoca entonces la activación de los mastocitos y, por tanto, la liberación de mediadores inflamatorios como la histamina o los leucotrienos, que son los responsables de los síntomas alérgicos.
El enfoque de alto rendimiento permite la aplicación a mayor escala
Para poder realizar una gran cantidad de pruebas, los investigadores han desarrollado un enfoque de alto rendimiento en el que se pueden medir hasta 36 condiciones en un solo tubo de ensayo. Esto hace posible la prueba de múltiples alérgenos con un suero sanguíneo o múltiples sueros juntos para el mismo alérgeno.
Gran potencial para diversas aplicaciones.
Además del diagnóstico inicial de alergias, los investigadores esperan que la prueba tenga otras aplicaciones importantes. «Confiamos en que con nuestra prueba podremos medir dentro de unos meses después del inicio de una inmunoterapia si la terapia es efectiva y en qué medida», dice Thomas Kaufmann.
Casi un tercio de la población mundial sufre de una o más alergias, y la tendencia aumenta cada año. Con mucho, la forma de alergia más extendida es la llamada alergia de tipo I, también conocida como alergia de tipo inmediato. Esto incluye, por ejemplo, rinitis alérgica (fiebre del heno), asma alérgica, alergias alimentarias o alergias contra venenos de insectos, polen, hierbas o ácaros del polvo doméstico.
Es una reacción exagerada del sistema inmunitario a componentes extraños realmente inofensivos (alérgenos), que generalmente ocurre segundos o minutos después del contacto con el alérgeno. Los síntomas alérgicos pueden variar desde enrojecimiento e hinchazón de la piel, picazón o dificultad para respirar hasta shock anafiláctico y muerte.
El diagnóstico de una alergia es complejo: además del historial médico (anamnesis), se tienen en cuenta parámetros de prueba de valor diagnóstico a menudo poco claro y los pacientes se someten a pruebas cutáneas. Tales pruebas cutáneas son desagradables, a veces dolorosas, requieren mucho tiempo y están asociadas con cierto riesgo de desencadenar una reacción alérgica exagerada.
Las alergias se tratan con control de síntomas, en casos severos también con inmunoterapia. Esto implica inyectar dosis de un alérgeno en concentraciones crecientes debajo de la piel del paciente durante un período de hasta cinco años, con el objetivo de desensibilizar al paciente al alérgeno.
«Esto sería una ayuda importante en el proceso de toma de decisiones para el alergólogo que trata al paciente, ya sea que tenga sentido continuar con la terapia o no». Según los investigadores, la prueba también tiene un gran potencial para monitorear el éxito terapéutico y la duración de la acción de nuevos medicamentos para la alergia en ensayos clínicos, así como para determinar posibles reacciones alérgicas y para el control de calidad de los productos alimenticios.
Y tampoco se debe descuidar la investigación académica. «La nueva línea celular, y las modificaciones ya planificadas de la misma, nos permitirán abordar muchas de las preguntas aún sin respuesta en la investigación de alergias», explica Alexander Eggel.
Este estudio fue financiado por la Swiss National Science Foundation SNSF y una subvención de la Swiss Innovation Agency Innosuisse.