El mundo no olvida el tumbao y el azúcar de la guarachera universal.
Miami, Florida–La guarachera más querida, Celia Cruz, se despidió definitivamente de los escenarios y de este mundo hace 17 años, aunque su «sabor» e incalculable repertorio de ritmos caribeños permanece vivo en sus admiradores.
Aunque no ocultaba la tristeza por saberse lejos de su natal Cuba, exiliada gracias a Fidel Castro, la reina de la salsa conquistó el mundo durante más de cinco décadas de carrera y alrededor de setenta álbumes.
Su época dorada comenzó el 3 de agosto de 1950, cuando ingresó a la Sonora Matancera en el puesto de la cantautora boricua Myrta Silva, donde se mantuvo hasta 1965.
Allí, conoció al que sería su futuro esposo: Pedro Knight, segundo trompetista de La Sonora, con quien se casó en 1962.
Su ritmo tropical no conoció fronteras y temas como “Cúcala”, “Azúcar negra”, “Que le den candela”, “Bemba colorá”, “Yo viviré”, “La negra tiene tumbao”, “Usted abusó”, entre otros, se apoderaron del corazón de sus fanáticos y la hicieron merecedora de premios y reconocimientos internacionales.
La guarachera conquistaba cada escenario que pisaba y se alzó con múltiples discos de oro, cinco premios Grammy y una distinción en República Dominicana de la Asociación de Cronistas de Arte de los Premios Casandra (hoy Soberano).
Lamentablemente, en 2003 Celia Cruz perdió la lucha contra el cáncer y partió físicamente de este mundo sin haber podido, aunque sea una vez, regresar a la Habana. Pero «la negra que tiene tumbao» y su «azúcar», sigue presente a través de su música.
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