Organizaciones de derechos humanos han denunciado que centenares de manifestantes permanecen encarcelados después de las protestas del 11 de julio de 2021.
Washington, D.C.–El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves nuevas restricciones de visado contra funcionarios del gobierno cubano, en este caso contra ocho individuos, por su papel en la respuesta oficial a las protestas del pasado 11 de julio en la isla.
«Debido a las duras e injustas sentencias impuestas a manifestantes pacíficos, el Departamento de Estado tomó hoy medidas para imponer restricciones de visado a ocho funcionarios cubanos implicados en intentos de silenciar las voces del pueblo cubano mediante represión, detenciones injustas y duras penas de prisión», informó el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado de prensa.
La de hoy es la medida más reciente adoptada por la administración del presidente Joe Biden en respuesta a la campaña de «represión» llevada a cabo por las autoridades de La Habana a raíz de las protestas del 11 de julio de 2021, cuando miles de manifestantes salieron a las calles en más de 60 localidades y ciudades de la isla exigiendo libertad, el cese de la violencia policial y la renuncia del presidente Miguel Díaz-Canel.
Los sancionados son ocho individuos, que incluyen “funcionarios cubanos conectados con la detención, el enjuiciamiento y el encarcelamiento de los manifestantes” que tomaron parte en las protestas del 11 de julio, escribió Blinken. El Departamento de Estado no dio más detalles sobre quiénes son las personas sancionadas.
EE.UU. tomó la medida en respuesta “a los intentos del gobierno cubano de negar a los cubanos su libertad y sus derechos”, aseguró el Secretario de Estado.
Se trata de la segunda acción de este tipo que el gobierno del presidente Joe Biden toma en menos de dos meses. A finales de noviembre, EE.UU. impuso restricciones a las visas de nueve nueve altos funcionarios del Ministerio del Interior (Minint) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, (Far), de Cuba.
Las protestas del 11 de julio en la isla, donde miles de personas salieron a marchar, estuvieron marcadas por las detenciones a civiles y activistas, fuerte presencia policial y cortes en el acceso a internet, denunciaron organizaciones de derechos humanos.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó a EE.UU. de estar detrás de las históricas manifestaciones y de llevar a cabo una «política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país».