Según Judicial Watch, el gobierno federal busca restaurar la integridad con nueva iniciativa llamada SNAP Fraud Framework.
Washington, D.C.—El gobierno federal ha invertido cerca de US5 millones para frenar el fraude rampante en el programa de cupones de alimentos (SNAP, por sus siglas en inglés), financiados por los contribuyentes de la nación, revela una investigación reciente.
Una pesquisa realizada por la organización independiente Judicial Watch indica que el programa federal de alimentos gratis para decenas de millones de personas de escasos recursos en Estados Unidos parece haber alcanzado un nuevo récord.
Añade que el dinero se usará para fortalecer las actividades de integridad al mejorar y expandir la prevención del fraude de los beneficiarios en el costoso esfuerzo de estampillas para alimentos, cuyo objetivo son familias de escasos recursos o en situación precaria.
El popular plan fue rebautizado Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) por la administración Obama para eliminar el estigma del bienestar público. Ahora, la iniciativa multimillonaria se conocerá como SNAP Fraud Framework, en un intento por restablecer su integridad.
Como la mayoría de las iniciativas gubernamentales infladas, SNAP ha estado plagado de desperdicios. Es la empresa de asistencia alimentaria nacional más grande del país y sirve a alrededor de 40 millones de residentes de bajos ingresos a un costo de más de US$60 mil millones anuales, según las cifras publicadas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), precisa Judicial Watch.
Bajo Obama, un número sin precedentes de personas recibió cupones de alimentos, rompiendo récords en la empresa de bienestar social de seis décadas durante los dos períodos de la administración. En varios de los años de Obama, el USDA gastó la asombrosa cantidad de US$80 mil millones para proporcionar alimentos gratuitos.
Durante la mayor parte de su mandato, la administración dedicó más de US$70 mil millones anuales, según muestran las cifras del USDA. En el apogeo, en 2013, la agencia gastó US$80 mil millones para dar 48 millones de comestibles gratis con el objetivo de reducir la pobreza.
El notable crecimiento fue parte de la misión de Obama de erradicar los «hogares con inseguridad alimentaria» y su administración gastó millones de dólares en campañas publicitarias para reclutar más destinatarios de cupones de alimentos, incluso repartiendo grandes recompensas en efectivo a los gobiernos locales que inscribieron a la mayoría de los beneficiarios.
Un estado incluso se jactó de un bono de rendimiento de US$5 millones que obtuvo de los federales por su «procesamiento rápido de las solicitudes.»
En los años siguientes, el fraude creció enormemente a nivel de estados con los números alarmantes y bien documentados por el gobierno federal sobre el Programa Nutricional de Asistencia Suplementaria, SNAP.