Hospitales y consultorios médicos omiten fallas de medicación casi un tercio del tiempo.
Washington, D.C.–A pesar de una década de esfuerzos para mejorar el rendimiento de los sistemas de registros electrónicos de salud (EHR), el uso de algunas funciones por parte de los médicos aún con frecuencia produce errores que pueden poner a los pacientes en riesgo de daños innecesarios, según un estudio reciente publicado en el Journal of the Asociación Médica Americana.
En particular, los investigadores destacaron continuas debilidades en funciones cruciales, como los mecanismos destinados a señalar posibles errores en las órdenes de medicación. Según el estudio, es posible que los sistemas no detecten tales errores hasta un tercio del tiempo.
En general, las herramientas de apoyo a la decisión clínica (CDS) incorporadas en los sistemas EHR para limitar los errores de medicación tuvieron un mejor desempeño durante la década examinada.
Aún así, el estudio encontró margen de mejora en la forma en que se diseñan estos sistemas, así como en su personalización e instalación en hospitales y consultorios médicos.
Los investigadores, incluidos expertos del Hospital Brigham and Women’s, la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah y la Escuela de Negocios de Harvard, examinaron datos de más de 2,300 hospitales desde 2009 hasta 2018.
Cada hospital utilizó una prueba reconocida a nivel nacional del Grupo Leapfrog, una organización sin fines de lucro fundada por grandes empleadores y compradores de atención médica para mejorar la calidad de la atención, para evaluar si los médicos pueden ingresar de manera correcta y segura las órdenes de medicamentos para pacientes en los EHR implementados en sus instalaciones.
En total, los resultados muestran ganancias. La capacidad de las herramientas CDS para detectar errores en pedidos simulados aumentó del 53.9% de las instancias en 2009 al 65.6% en 2018. Sin embargo, este progreso fue desigual.
Algunas herramientas básicas de decisión de apoyo clínico —funciones instaladas con EHR tempranos tales como alergia a medicamentos y alertas de interacción de drogas a medicamentos— funcionaron consistentemente bien.
Por otro lado, algunas funciones más avanzadas, como las advertencias sobre las dosis máximas y los ajustes necesarios para las dosis de medicamentos para tener en cuenta la función renal reducida, no pudieron detectar errores al menos la mitad del tiempo.
Además, no todos los sistemas funcionaron igual de bien; las herramientas de un proveedor, por ejemplo, detectaron errores alrededor del 67% del tiempo, mientras que otras dos lo hicieron menos del 55% del tiempo.
Esta variación de proveedor por proveedor muestra que, a pesar de las diferencias en cómo se puede implementar un solo producto en diferentes entornos de atención médica, los datos recopilados de las tecnologías actualmente en uso pueden proporcionar información sobre las capacidades y los inconvenientes de cada sistema.
Los resultados de este estudio y otras investigaciones resaltan que algunos problemas de seguridad con los EHR pueden estar menos extendidos ahora que hace una década, pero aún no se han resuelto.
Monitorear el rendimiento de estos sistemas, utilizando la prueba de Leapfrog Group y herramientas similares, puede ayudar a descubrir tales problemas.
Eso a su vez puede ayudar a los vendedores y hospitales a identificar los desafíos de toda la industria y centrarse en los problemas más acuciantes.