Y hasta al mismo Presidente, / para verlo y saludar, / no se acerque ya al Palacio, / que lo pueden defraudar.
Por Cantaclaro
Con las nuevas restricciones,
Y el afán de vacunar,
llegan nuevas convenciones,
difíciles de atajar.
La tarjeta es una de ellas.
Necesaria por demás.
Requerida en todos lados.
Nadie la puede evitar.
Si se quiere dar un trago,
La tarjeta es la que vá.
Si al hospital se va Chago,
mejor se devuelva ya.
Al banco a ver los chelitos,
no lo dejan ya ni entrar.
Y hasta a la Iglesia, bendito,
casi la piden pa’ orar.
Y hasta al mismo Presidente,
para verlo y saludar,
no se acerque ya al Palacio,
que lo pueden defraudar.
Si seguimos como vamos.
Sin tarjeta e’ vacunar.
Ólvidese, pronto, mi hermano:
¡Al panteón vamos a parar!