La medida voluntaria de las navieras será hasta el 15 de septiembre; mientras, realizan consultas con los CDC.
Washington, D.C.–la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, (CLIA), ha suspendido todas sus operaciones de buques desde puertos en los Estados Unidos hasta el 15 de septiembre para consultar con los CDC sobre las medidas de protocolos adecuadas antes de iniciar operaciones.
En un comunicado, la entidad indicó que “Debido a la situación actual en los Estados Unidos relacionada con COVID-19, las líneas de cruceros miembros de CLIA han decidido extender voluntariamente el período de operaciones de pasajeros suspendidos.”
Señala que la actual Orden de No Vela emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, (CDC), vencerá el 24 de julio, “y aunque esperábamos que la actividad de cruceros pudiera reanudarse lo antes posible después de esa fecha, cada vez es más claro que habrá más tiempo ser necesario para resolver las barreras a la reanudación en los Estados Unidos.”
El anuncio añade que «Aunque confiamos en que los futuros cruceros serán saludables y seguros, y reflejarán plenamente las últimas medidas de protección, también creemos que es apropiado errar por precaución para ayudar a garantizar los mejores intereses de nuestros pasajeros y miembros de la tripulación.»
CLIA explicó que “Por lo tanto, hemos decidido extender aún más nuestra suspensión de operaciones desde los puertos de EE. UU. Hasta el 15 de septiembre. El tiempo adicional también nos permitirá consultar con los CDC sobre las medidas que serán apropiadas para la eventual reanudación de las operaciones de cruceros.”
“Esta suspensión voluntaria se aplica a todos los miembros de CLIA a los que se aplica la Orden de Prohibición de Navegación (buques con capacidad para transportar 250 personas o más).
Las líneas de cruceros miembros de CLIA evaluarán continuamente la situación en evolución y determinarán si es necesaria una nueva extensión.”
En 2018, la industria de cruceros apoyó más de 421,000 empleos en los Estados Unidos, con cada 30 cruceros desde puertos norteamericanos.
Cada día de suspensión de las operaciones de cruceros en los EE.UU. representó una pérdida total aproximada de US$110 millones en actividad económica y hasta 800 empleos estadounidenses.