El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica, recomienda a las diferentes comunidades de fe evangélica nacional a mantener jornadas de oración y proclamación de mensajes de esperanza, fe y a cumplir con las disposiciones del gobierno, de mantener cerrado los espacios de reunión por la situación sanitaria que vivimos

Feliciano Lacen se mostró confiado en que el caso no resulte uno más de los que quedan impune, donde se aplique la ley y no se tome en cuenta intereses económicos y personales de por medio.

Por Olga Marte / RoseMaryNews.com

Santo Domingo, República Dominicana.- El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica, (CODUE), considero como una “burla” y repudió en todo el sentido de la palabra el funcionamiento de un bar clandestino en un barrio no precisado del país.

El representante de la entidad, pastor Feliciano Lacen, dijo que estas acciones antisociales son» el resultado de una población controladas por sus deseos desenfrenados, con una moral que se deteriora, sin temor a Dios en su corazón, falta de educación, personas que violan la ley establecida por las autoridades del gobierno.»

Señala que “Acciones como estas deben poner a pensar seriamente a los hombres y mujeres de fe acerca del futuro moral del pueblo dominicano, por lo que llamamos a las autoridades a establecer un régimen de consecuencias para los implicados y personas directas responsables de esta “infame acción”, que la catalogamos contraria a la fe y testimonio que caracterizan el accionar de las congregaciones cristianas”.  Añadió.

Feliciano Lacen expresó confianza en que el caso no sea uno más de los que quedan impone, «sin que se  aplique la ley sin tomar en cuenta los intereses económico y personales que estén de por medio.»

El CODUE dijo esperar la indelicadeza cometida por este grupo de personas, sea investigada, «y sus autores juzgados y sancionado con  todo el peso de la ley. Que acciones de esta categoría no se repitan y se  conviertan en una rutina cotidiana, en algo institucionalizado por personas cuyos deseos están inclinados a delinquir y dañar la reputación de instituciones que trabajan en beneficio de la familia, la  reinserción social de  hombres y mujeres al  trabajo productivo.»

Feliciano Lacen reiteró su confianza en que algún día «el país que pregona sus intenciones de salir del subdesarrollo económico salga primero del subdesarrollo espiritual y moral.»

«Que esta nación puedad aspirar a una población más educada, que ame Dios y la patria, que tenga consciencia ciudadana, que actúe con cortesía, que piense en el respeto a las leyes, las instituciones y en el derecho de los demás.