El ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, afirmó que el Gobierno descarta esa posibilidad por ahora; dice podría ser peor el remedio que la enfermedad.
Santo Domingo, República Dominicana—El Gobierno ha descartado la posibilidad de imponer la cuarentena total en el país ante el avance progresivo de casos positivos del novel virus COVID-19 y pese a los llamados en ese sentido hechos por distintas instituciones, entre ellas el Colegio Médico Dominicano.
El ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, respondió así a los fuertes rumores que circulan en varias ciudades y en medio de la incertidumbre que genera en la población la aplicación por fase de los protocolos del Ministerio de Salud y de la OMS para enfrentar la pandemia en el territorio nacional.
“Se trata de rumores que circulan sin ninguna base ni fundamento. Las autoridades están haciendo lo que corresponde hacer de acuerdo con las circunstancias”, dijo el funcionario en el programa matutino El Despertador, que produce Color Visión, entrevistado vía telefónica por la periodista Rosa Alcántara.
Agregó que lo único que “se pide es la colaboración de la ciudadanía de no circular, de quedarse en las casas y salir sólo a lo necesario; y de cumplir con el toque de queda parcial, hasta que todos juntos logremos superar esta amenaza a la salud.
En tanto, el presidente del Colegio Médico Dominicano, Waldo Ariel Suero, reiteró que la única manera de frenar y revertir el avance del coronavirus en el país es con el toque de queda de 24 horas, “al menos durante 15 días, ya que muchas personas continúan haciendo vida normal en medio de la emergencia y poniendo en peligro las vidas de los demás.”
El dirigente médico reveló que al menos 50 galenos han sido contagiados por el COVID-19, varios de ellos en la Policía Nacional, tras reiterar que “las cifras oficiales de contagios y víctimas no coinciden con la realidad, que es mucho mayor, ya que los médicos y hospitales carecen de los materiales y equipos necesarios para enfrentar la amenaza en las ciudades más afectadas.”
La pandemia del virus chino que azota al mundo ha causado miles de muertos y contagiados en casi 200 países. Desde su origen el pasado 17 de diciembre en la ciudad de Wuhan, provincia de Hebei –y ocultada durante un mes por el gobierno de China—se debate entre dos filosofías o escuelas médicas para combatirla.
La primera es la del gobierno comunista chino de choque radical, que consiste en imponer una cuarentena total y de confinamiento absoluto, que incluye penas de cárcel y otras restricciones severas a la ciudadanía, típicas de los regímenes dictatoriales en situaciones de emergencia nacional.
La segunda es la escuela Surcoreana, que consiste en el despliegue de médicos, equipos, materiales y todos los recursos necesarios para dar tratamiento a los afectados; así como seguimiento y rastreo a los contactos y asintomáticos; y/o confinar en sus hogares los casos potenciales, sin restringir derechos esenciales como el de la circulación parcial.
Todos los gobiernos del planeta afectados por este virus chino, incluido Estados Unidos, España e Italia –entre los más afectados—se debaten en este momento entre proteger la salud pública o salvar la economía de los efectos devastadores de la pandemia que azota el planeta, tanto en naciones desarrolladas como en desarrollo.
Mientras tanto, el conteo de víctimas y el número de contagios no cesa en los cuatro puntos cardinales desde que dio inicio el azote del COVID-19, hace tres meses, y lo único práctico para reducir su avance es aislarse, esperar y mantener el distanciamiento social hasta que la curva de la muerte descienda y desaparezca.