En el territorio dominicano existen 34 presas activas y dos más en fase de terminación, de las cuales 26 se clasifican como grandes de las cuales 13 son destinadas al sentido agrícola, 15 embalses para fines diversos, dos en el uso de residuos mineros y cinco están destinadas a la generación hidroeléctrica.

Día Internacional del Agua 2022.

Conferencia Nacional de Seguridad Hídrica para la Paz y el Desarrollo (Extracto de la Conferencia) Sinécdoque urbana del agua en el Gran Caribe- Geografía Cooperativa en Territorios del Gran Caribe.

Por el arquitecto Elmer González Cavallo

(1 de 3) Carestía en la abundancia

La Hispaniola y en específico la República Dominicana es una de las regiones con mayor potencial hídrico en el Caribe. Representa a su vez, uno de los territorios insulares con más agua dulce del mundo y a la vez uno de los más castigado por la escasez o abastecimiento hídrico deficiente.

Es importante destacar que en el mapa hidrográfico de la República Dominicana se presenta una disponibilidad de más de 20 millones de metros cúbicos de agua dulce, distribuidos en seis regiones hidrográficas, enmarcadas en 98 cuencas y afluentes principales y 558 cuencas secundarias.

La República Dominicana, es en la actualidad la nación del hemisferio americano con mayor cantidad de represas por kilómetro cuadrado, ocupando el lugar #17 a nivel mundial. A su vez, en la región del Valle, el entorno de la provincia San Juan de la Maguana, es la demarcación geopolítica de América Latina con mayor número de embalse, con un inventario definido en 8 presas de escala media, 4 hidroeléctricas y tres represas de almacenamiento de agua.

Es evidente que el país tiene el liderazgo regional en infraestructuras hídricas. En el territorio dominicano existen 34 presas activas y dos más en fase de terminación, de las cuales 26 se clasifican como grandes de las cuales 13 son destinadas al sentido agrícola, 15 embalses para fines diversos, dos en el uso de residuos mineros y cinco están destinadas a la generación hidroeléctrica.

La paradoja del asunto es que aún el país es conocido por su riqueza hídrica, cada año de manera cíclica presenta una gran neurosis colectiva en el abastecimiento de agua en sus núcleos urbanos, así como en las zonas turísticas y productivas.

Los habitantes de las grandes ciudades dominicanas, en épocas de reducción de las lluvias, son sometidos cada año a situaciones de escasez de agua potable y de extrema carestía en los sistemas de riego en algunas localidades del territorio de la isla. Es en ese contexto que se produce de manera cíclica el ¨estrés hídrico¨ del agua en la República Dominicana.

Este estado de tensión es determinado, cuando la demanda de agua es mayor que la cantidad almacenada disponible durante periodos específicos y de manera cualitativa, cuándo el uso del agua se ve restringido debido a deficientes niveles de calidad del líquido y de los procesos de distribución.

Este aspecto se maximiza por las constantes etapas de sequía de los ríos, el agotamiento por sobrecargo de los acuíferos, la contaminación, deforestación y otros fundamentos del cambio climático que producen un constante deterioro del agua para consumo y uso humano.

A esto se suma, que la República Dominicana está entre los países del continente americano con menor cantidad de agua renovable disponible por persona al año y, en el territorio nacional se desperdicia cerca del 50% del agua potable por fugas en redes operativas.

Por esto, las zonas de mayor estrés hídrico en el país se localizan en los grandes centros urbanos y en las regiones donde el agua es insuficiente ante la demanda colectiva a nivel agrícola, doméstico e industrial.

Sin embargo, es importante destacar como hito continental, que en el periodo 2020-22, el Gran Santo Domingo representa la principal zona metropolitana del Gran Caribe, además, es la urbe con el más acelerado crecimiento en el equipamiento y gestión del agua en la región antillana y centroamericana.

Es evidente, que el uso racional y sustentable del agua requiere de un Plan operativo Nacional sobre los aspectos hidrológicos y fundamentalmente sobre el estrés que causa a la población. Es esencial la creación de un marco eficaz y eficiente, para dar respuesta con dinamismo a las necesidades de la sociedad dominicana.

Breve sobre el arquitecto Elmer González Cavallo

Es arquitecto urbanista y actual Presidente del Foro de Ciudades ALC. El profesional también es Consultor de las Naciones Unidas y es Director del MICM, además ha sido catedrático universitario en la República Dominicana. (Continuará)