ARCHIVO: Una foto de Milan Kundera en 1973.

Con frecuencia se le mencionaba como candidato al Premio Nobel de Literatura, pero el galardón le fue esquivo

París, Francia — Milan Kundera, cuyos escritos disidentes en la Checoslovaquia comunista lo convirtieron en un autor que satirizaba el totalitarismo desde el exilio, murió en París a los 94 años, informaron este miércoles las autoridades checas.

Su reconocida novela “La insoportable levedad del ser” abre con una escena angustiosa en la que los tanques soviéticos avanzan por Praga, la capital checa y que fue el hogar del escritor hasta que se mudó a Francia en 1975.

La novela, que alterna temas de amor y exilio, política y lo profundamente personal, obtuvo el favor de la crítica y le ganó muchos lectores occidentales que apreciaban tanto su subversión antisoviética como el erotismo entrelazado en muchas de sus obras.

“Si alguien me hubiera dicho de chico ‘algún día verás tu nación desvanecerse del mundo’, lo habría considerado una tontería, algo que no podía concebir. Un hombre sabe que es mortal, pero da por sentado que su nación posee una especie de vida eterna”, dijo Kundera al autor Philip Roth en una entrevista para el New York Times en 1980, el año anterior de obtener la ciudadanía francesa.

En 1989, la Revolución de Terciopelo expulsó a los comunistas del poder y el país de Kundera renació como la República Checa. Pero para entonces él se había labrado una nueva vida, y toda una identidad, en su ático en la orilla izquierda del Sena, informa la Voz de América.

“Milan Kundera era un escritor capaz de llegar a generaciones de lectores en todos los continentes con su obra y adquirió fama mundial”, tuiteó el primer ministro checo Petr Fiala. “Dejó no solo una notable obra de ficción, sino también una importante obra ensayística”.

Decir que la relación de Kundera con su lugar de nacimiento era compleja sería un eufemismo. Regresó a República Checa en contadas ocasiones y de incógnito, incluso tras la caída del Telón de Acero

Sus últimas obras, escritas en francés, nunca se tradujeron al checo. “La insoportable levedad del ser”, que le ganó tantos elogios y fue llevada al cine en 1988, no se publicó en República Checa hasta 2006, 17 años después de la Revolución de Terciopelo, aunque estaba disponible en checo desde 1985 gracias a un compatriota que fundó una editorial en el exilio en Canadá.

El libro lideró la lista de ventas durante semanas, y al año siguiente Kundera recibió el Premio Estatal de Literatura.