Es la primera vez en 62 años en que ninguno de los hermanos Castro están en el poder en Cuba. (Foto: Cortesía de la Voz de América).
  • Ostenta el grado de general de Ejército y hasta el viernes llevaba las riendas del único partido político permitido en la isla.
  • Se espera que Castro deje el liderazgo del partido en manos del presidente Miguel Díaz-Canel.
  • Mientras, el resto del politburó no estará ocupado por la generación más joven más ansiosa por el cambio, sino por líderes de partidos de mediana edad nacidos a raíz de la revolución.

Miami, Florida–Raúl Castro Ruz, el último de los hermanos Castro, que han gobernado Cuba por 62 años, anunció el viernes que deja su cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), según recoge el sitio digital del PCC.

“En lo que a mí se refiere concluye mi tarea como primer secretario al comité central del PCC con la satisfacción de haber cumplido y la confianza en el futuro de la patria”, dijo Castro durante un informe de apertura del VIII Congreso del PCC en La Habana, que tiene lugar entre los días 16 y 19 de abril.

Raúl Castro ostenta el grado de general de Ejército y hasta el viernes llevaba las riendas del único partido político permitido en la isla.

La prensa oficial ha anunciado que las cuatro jornadas del Congreso ocuparán el tiempo de debates en comisiones, entre los que se espera se analicen las últimas medidas económicas en medio de la pandemia del COVID-19 y la implementación de fuertes sanciones por parte de la administración del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, principalmente a finales de su mandato.

Por primera vez en más de 60 años, Cuba se prepara para tener un gobierno sin un solo Castro.

Raúl Castro, quien sucedió a su hermano Fidel como primer secretario del Partido Comunista de Cuba en 2011, renunció a su cargo en la primera jornada del octavo Congreso del Partido Comunista el viernes.

“Todos esperamos que la vieja generación renuncie a todas sus funciones dentro del partido, incluido Raúl como primer secretario”, dijo Ricardo Torres Pérez, profesor de economía en la Universidad de La Habana, a The Hill. «Eso en sí mismo es importante. Marca el final de una era».

Pero si bien el fin del reinado de Castro es histórico, pocos están convencidos de que el cambio de liderazgo conducirá a un cambio radical para la nación isleña o su relación con los EE.UU.

Se espera que Castro deje el liderazgo del partido en manos del presidente Miguel Díaz-Canel, mientras que el resto del politburó no estará ocupado por la generación más joven más ansiosa por el cambio, sino por líderes de partidos de mediana edad nacidos a raíz de la revolución.

«Esta no es una transición dinástica – el nuevo liderazgo, aunque formado por los hermanos Castro y su legado, es la próxima generación del Partido Comunista de Cuba, no la próxima generación de la familia Castro», dijo Geoff Thale, presidente de la Oficina de Washington para América Latina.

“El cambio generacional es bastante suave; no habrá grandes desacuerdos o conflictos políticos en la convención».

El cambio de liderazgo se produce cuando Cuba ha luchado por implementar muchas de las reformas económicas acordadas en el congreso del partido de 2011. La pandemia de COVID-19 en el último año también ha aplastado una economía que depende en gran medida del turismo.

Fulton Armstrong, exdirector de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional que trabajó en temas de Cuba en el Departamento de Estado, la Casa Blanca y el Senado, dijo que la capacidad de Díaz-Canel para impulsar más reformas dependerá de si la vieja guardia los miembros del partido también renuncian.

Señaló a José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés Menéndez, ambos ahora en sus 80, que han ocupado varios puestos en la dirección del Partido Comunista.

“La pregunta no es si el politburó va a ser sin Castro”, dijo Armstrong. “La pregunta es si también se retiran del politburó. Esos tipos son conocidos como intransigentes, pero también son unos duros”.

El gobierno está avanzando con las reformas económicas más drásticas desde principios de la década de 1990, cuando Cuba cayó en una severa recesión tras la caída de la Unión Soviética.

Las reformas, que incluyen el establecimiento de una moneda única para locales y extranjeros por igual, fueron consideradas necesarias para el crecimiento económico por el relativamente joven Díaz-Canel, de 60 años.

“Todo lo que estimule la producción, elimine obstáculos y beneficie al productor es favorable”, dijo Díaz-Canel recientemente sobre los efectos de las reformas en la agricultura, según Reuters. Pero esa posición relativamente liberal podría encontrar resistencia si la vieja guardia consolida su poder en el Congreso.

“Si se quedan, yo diría que es una mala noticia para Díaz-Canel”, dijo Torres Pérez. “Porque todavía tendrá que vender sus propuestas a personas como ellos que no están a favor de reformas radicales”.

La tensión, dijo Armstrong, es que la generación de Díaz-Canel entiende que el partido está viendo un número cada vez menor de personas que buscan unirse a sus filas.

“Ha bajado el número de personas que entran como aspirantes que se convertirán en militantes. Los más jóvenes quieren ser parte de algo emocionante frente al control exacto del esfínter sobre la vida de las personas”, dijo.

“La generación de Díaz-Canel, la generación que tiene 60 años, los ‘jóvenes’, eso lo saben. Saben que tienen que mejorar esa visión para captar sus treinta y tantos y cuarenta y tantos y realmente hacer que sigan adelante”.

Es probable que cualquier reforma lenta en Cuba sea igualada por una administración de Biden que no está ansiosa por introducir un cambio en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.