Cada abrazo nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices y funcionales cada día. (foto ilustrativa cortesía Marco Aurelio en Pexels)

Los expertos aseguran que no solo mejora los lazos afectivos entre familiares, amigos y parejas, sino que además, produce endorfinas y dejas de segregar cortisona que tanto daño hace tu organismo.

Todos los 21 de enero de cada año, se celebra el Día Internacional del Abrazo, una fecha creada por Kevin Zaborney, estadounidense quien preocupado por las pocas muestras de afecto que realiza la gente en público incluso con los miembros de su familia, pensó en crear una festividad que les brindará una excusa de hacer algo que a todos nos gusta y es dar y recibir abrazos.

Durante la pandemia, este lazo afectivo se redujo su más mínima expresión por el temor a contagios. Ya poco a poco ha vuelto a recobrar su lugar en el orden afectivo, imprescindible dentro de la sociedad en donde los seres humanos se conectan por largo o corto tiempo, transmitiendo sin palabras, cariño, aprecio, amor hacia los demás.

Para dar un buen abrazo no tienes que ser especialista en el tema. Basta sentir la necesidad de expresar lo que sientes por la otra persona. Es una muestra de cariño infalible a la que nadie se resiste cuando es sincero y no cumplido, como suele suceder en algunas personas.

Origen del Día Internacional del Abrazo

Esta fecha se celebró por primera vez el 21 de enero de 1986 en el pueblo de Clio en Michigan y se popularizó en los Estados Unidos gracias al Calendario de eventos Chase, una publicación que presentaba todas las festividades locales del año y cuyo dueño era el abuelo de una de las mejores amigas de Zaborney.

Beneficios del abrazo:

Aportan seguridad: El ser humano es muy frágil por naturaleza, sobre todo cuando somos bebés, así que una buena dosis de abrazos nos ayuda a sentirnos seguros y confiados.

Provoca placer: Cada vez que abrazamos a alguien o nos abrazan nuestro cerebro segrega dos sustancias que son la dopamina y la serotonina, ambas reducen el estrés y juntas proporcionan calma, tranquilidad y sosiego.

Cubre nuestras necesidades afectivas: Una persona necesita diariamente 14 abrazos para sentirse plenamente querido. Las personas que no muestran afecto sufren de algo que en psicología se conoce como hambre de piel y no es más que la necesidad de contacto humano.

Permiten funcionar de mejor manera: Cada abrazo nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices y funcionales cada día.

La mejor cura contra la timidez: Permite a las personas tímidas entrar en confianza, ser más abiertos, espontáneos y seguros de sí mismos.
Disminuye la presión arterial: Las personas que no tienen mucho contacto físico poseen una frecuencia cardiaca y una presión arterial mucho más alta que las personas que reciben abrazos de manera frecuente.

Gracias a Día Internacional y su ficha al respecto por contribuir con esta edición. Vamos ahora a abrazar a quien nos quede al lado.