Monseñor Daniel Fernández Torres era Obispo en Arecibo en Puerto Rico y se había negado a firmar un comunicado conjunto de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña que aseguraba que “hay un deber de vacunarse y que no vemos cómo pueda invocarse una objeción de conciencia desde la moral católica”.
El Vaticano, Roma. – El Papa Francisco destituyó a Monseñor Daniel Fernández Torres como Obispo de Arecibo (Puerto Rico), y nombró como Administrador Apostólico a Monseñor Álvaro Corrada del Río, jesuita y Obispo Emérito de Mayagüez.
Monseñor Daniel Fernández Torres ha sido la voz más crítica en la Iglesia en Puerto Rico contra la ideología de género, exigiendo en 2020 a Pedro Pierluisi, actual gobernador de la isla, que frene la imposición de esta agenda.
El comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede no indica razón alguna sobre la destitución de Mons. Fernández Torres, de 57 años.
Los obispos están obligados a presentar su renuncia al Papa a los 75 años, según establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico, la ley de la Iglesia. Si lo hacen antes, debe haber una razón grave que suele ser por motivos de salud.
Este 8 de marzo, ACI Prensa, con información de una fuente cercana al caso, explicó que la destitución del Obispo de Arecibo era inminente.
La destitución estaba originalmente programada para el 9 de marzo. Sin embargo, la tarde de ayer, en medio de consultas por vía telefónica y correo electrónico realizadas por esta agencia, el Delegado Apostólico para Puerto Rico, Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, le comunicó al Obispo de Arecibo que la decisión de la Santa Sede quedaba temporalmente suspendida.
Según Mons. Bader, la destitución quedaría detenida hasta que el Papa Francisco concluyera sus ejercicios espirituales de Cuaresma, el 11 de marzo, y pueda recibir en audiencia en el Vaticano al Obispo de Arecibo.
Pocas horas después, la destitución del Prelado fue publicada por el Vaticano.
Aunque la Santa Sede no ha hecho público el motivo de la destitución, ACI Prensa pudo conocer que al menos dos razones llevaron a que el Vaticano tomara esa decisión.
La primera fue la inicial negativa del Obispo de Arecibo a trasladar a los seminaristas de su Diócesis, actualmente en formación en la Universidad de Navarra (España), al nuevo Seminario Interdiocesano de Puerto Rico, aprobado por el Vaticano a inicios de marzo de 2020.
El otro factor fue la defensa del Obispo de Arecibo del derecho a la objeción de conciencia de los fieles católicos ante la vacunación obligatoria en un comunicado publicado el 17 de agosto de 2021, siguiendo las orientaciones difundidas más de medio año antes por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede.
Mons. Fernández Torres se negó días después a firmar un comunicado conjunto de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña que aseguraba que “hay un deber de vacunarse y que no vemos cómo pueda invocarse una objeción de conciencia desde la moral católica”.
En el polémico comunicado del Episcopado de Puerto Rico, sin la firma del Obispo de Arecibo, se solicitó que los católicos no vacunados “se abstengan de participar en las demás actividades comunitarias presenciales de las iglesias”.
Tras las quejas del Episcopado, el Delegado Apostólico para Puerto Rico, Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, solicitó directamente la renuncia a Mons. Daniel Fernández Torres, que se negó a firmar por razones de conciencia.
Poco después, el Obispo de Arecibo fue llamado al Vaticano, pero el Prelado no consideró conveniente realizar ese viaje en medio de la crisis de salud por la pandemia de COVID-19.
Nacido en Chicago (Estados Unidos) en 1964, Mons. Daniel Fernández Torres fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Arecibo a los 30 años, en 1995.
n 2007, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, liderada entonces y actualmente por Mons. Roberto Octavio González Nieves. Tres años más tarde fue designado como Obispo de Arecibo.
Monseñor Daniel Fernández Torres ha sido la voz más crítica en la Iglesia en Puerto Rico contra la ideología de género, exigiendo en 2020 a Pedro Pierluisi, actual gobernador de la isla, que frene la imposición de esta agenda.
En 2021, Mons. Fernández Torres advirtió que la imposición de la ideología de género es una “persecución religiosa” y un atropello al derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones.
El caso de Mons. Daniel Fernández Torres presenta notables semejanzas al del fallecido Obispo de Ciudad del Este en Paraguay, Mons. Rogelio Livieres Plano, cesado en el cargo por el Papa Francisco el 25 de septiembre de 2014.
Mons. Livieres Plano, miembro del Opus Dei, dirigía una de las diócesis más florecientes de Paraguay, con uno de los seminarios más exitosos en vocaciones y formación sacerdotal.
La Santa Sede destituyó a Mons. Livieres Plano tras una visita apostólica en medio de acusaciones de falta de colegialidad, y a causa de su negativa a firmar su renuncia por razones de conciencia.
El Prelado paraguayo falleció casi un año después de su destitución, el 14 de agosto de 2015, a causa de una afección al hígado.